Bienvenidos nuevos
compañeros y compañeras a este semestre 2014-A que inicia, augurándoles muchos
éxitos en sus estudios que comienzan en la Universidad Popular del Cogobierno,
otrora ejemplo de democracia y participación no solo en el orbite local y
regional, sino también nacional, y que hoy los invitamos a iniciar su
reconstrucción.
Algunos habrán
escuchado sobre el sistema de gobierno que impera en la Universidad Santiago de
Cali –Usaca-, alma máter que desde hoy los acoge, un régimen sui generis en nuestro país, en donde
prevalece la democracia –al menos en el papel- como forma de gobierno. El poder
emana de tres estamentos: el profesorado, los estudiantes y por último los
egresados. Por lo anterior la Universidad, no pertenece a sectas religiosas o a
grupos empresariales, como la mayoría de
instituciones de educación superior colombianas.
El cogobierno,
como se conoce al sistema de gobierno que rige la Usaca, permite a la comunidad
universitaria debatir libremente sobre la dirección que debe tener la entidad,
ya sea al interior de cada estamento o mediante el Consejo Superior
Universitario –CSU- donde convergen los tres cuerpos mediante sus
representantes, los consejeros.
Lamentablemente,
la Universidad ha caído en manos de la clase política tradicional del Valle del
Cauca, y dichos sectores se han dedicado a hacer de la alma máter un fortín
clientelista para mantener su electorado a través de puestos, contratos, y
hasta manipulando los concursos de méritos para la elección de personal en las
instituciones estatales[i].
Para no ir muy lejos, podríamos señalar que Carlos Andrés Pérez quien hoy funge
como rector, otrora funcionario de la administración de Celín –la que desfalcó
la universidad por más de 70 mil millones de pesos-, es una especie de ahijado
del senador liberal Edinson Delgado, quien fuera ponente de la nefasta reforma
a la salud de finales del año anterior, ya se imaginarán ustedes para que
intereses trabaja el susodicho “honorable senador”.
Lo que sucede en
la Usaca es una muestra a pequeña escala de la cotidianidad política del orbe
nacional, la rectoría controla la “mermelada” y con ella domina las decisiones
del CSU, otorgando prebendas a los consejeros, representadas en becas,
descuentos, puestos, etc. Todo esto se da con los dineros consignados por el
estudiantado semestralmente con el pago de sus matriculas, que cada año
incrementan, mientras la calidad académica decrece.
Ustedes sin
saberlo quizá, han iniciado su vida universitaria en un año crucial para la
Usaca, las elecciones al CSU, jornada electoral que presenciaran y de la cual
seguramente se decepcionarán al ver las practicas más vulgares de la
politiquería nacional: compra de votos, tamales, lechona, licor, paseos con
todo pago, etc. Inversiones exorbitantes en las campañas para conseguir una
curul en el cuerpo colegiado que ejerce la suprema dirección de la Universidad.
Aunque estar en el CSU no otorga salarios, o bonificaciones a sus consejeros, o
eso al menos dicen los estatutos, otra cosa sucede con la “mermelada” que
proviene desde el bloque administrativo, encabezado por el rector.
Es por lo
anterior que algunos estudiantes conscientes de los males que aquejan a la alma
máter, decidieron organizarse en un colectivo amplio, coherente y crítico, para
asumir el debate y la disputa política que se da al interior de la Universidad.
Es ahí donde nace el proyecto que denominamos Alternativa Universitaria, un
proceso organizativo que busca concienciar al estudiantado sobre el poder que
tiene como actor político dentro de la comunidad universitaria, como
protagonista de la reconstrucción de la Universidad Popular del Cogobierno.
Convocamos
fraternalmente a los nuevos y nuevas estudiantes, a hacer parte de la
renovación que tanto necesita la Universidad, a conformar una alternativa de
poder que configure una nueva “madera” para la reedificación de la Usaca, pues
no podemos edificar sobre la madera podrida que representan los sectores
aliados al rector Pérez, o a viejos enemigos de la Santiago como lo son los
sectores vinculados al los ex-rectores Maya y Celín.
El estamento de
los estudiantes puede ser el epicentro de los cambios que urgen, pero esto sólo
se logrará con la convergencia de quienes realmente buscamos una Universidad
incluyente, que brinde calidad académica, y que genere insumos para solucionar
conflictos sociales de la región, es decir un centro de pensamiento apto para
el país que también queremos construir, uno con soberanía, democracia y paz.
Las elecciones
pueden ser un camino para empezar a retornar el poder institucional a las bases
estamentales, pero lo realmente importante es que cada uno de los estudiantes
comprenda su importancia dentro del claustro universitario, pues como diría el
maestro Estanislao Zuleta: “De lo que se trata no es de cambiar de pastor, sino
de dejar de ser ovejas”. Votar conscientemente es la ruta pertinente para
iniciar ese proceso, que el estudiantado comprenda la importancia del sufragio
para la consolidación de una democracia universitaria.
Pero la responsabilidad
política del estudiante no termina marcando el tarjetón, ésta continúa
ejerciendo una veeduría estudiantil a sus representantes en cada cuerpo
colegiado, exigiéndoles rendición de cuentas permanente en asambleas
estudiantiles. Es así como realmente se podrá conseguir una democracia
participativa universitaria, para dejar de una vez de ser simples “ovejas”.
Esperamos que
este llamado sea acogido por ustedes, pues parafraseando burdamente a Jaime
Garzón “Si ustedes los estudiantes no asumen la dirección de su propia
universidad, nadie va a venir a salvársela…¡Nadie!”.
¡La Universidad Santiago de Cali sí tiene Alternativa,
y la configuramos los estudiantes!
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